Abadía de San Quirce Reserva

Variedades:

Tempranillo 100%

Características:

Abadía de San Quirce Reserva es un vino tinto monovarietal elaborado con la variedad de uva Tempranillo. Tiene una graduación alcohólica del 14.5% Vol y está elaborado por la Bodega Abadía de San Quirce. Pertenece a la Denominación de Origen (DO Ribera del Duero).

Elaboración:

Los viñedos tienen más de medio siglo de antigüedad, plantados en forma de vaso en el pintoresco municipio de Gumiel de Izán, a una altitud que oscila entre los 820 y 860 metros sobre el nivel del mar. Estos ocupan una extensión de 7.5 hectáreas y se caracterizan por estar asentados en un suelo limo-arcilloso, que aporta características únicas a la uva cultivada en él. El clima de la zona es continental, lo que influye en el desarrollo de la vid y, por ende, en la calidad del fruto que produce. El rendimiento de estos viñedos es de 3.600 kilogramos por hectárea, una cantidad que garantiza la obtención de uvas de alta calidad para la elaboración del vino.

La vendimia se lleva a cabo de forma manual, asegurando así la selección de la uva en el momento óptimo de maduración. Una vez en la bodega, se efectúa una minuciosa selección manual de la uva antes de iniciar la fermentación en depósitos de acero, controlando la temperatura entre los 26 y 28 ºC. La fermentación maloláctica tiene lugar en barricas de roble francés, aportando complejidad y sutileza al vino resultante.

Tras la fermentación y crianza, el vino reposa durante 14 meses en barricas nuevas de roble francés de 225 litros, donde adquiere sus matices y aromas característicos. Antes de su comercialización, el vino se somete a un periodo de envejecimiento en botella, donde alcanza su plenitud y se afina, listo para deleitar a los paladares más exigentes.

Cata:

Se presenta con un color rojo picota con destellos rubí en el borde.

En la nariz, se destaca por su elegancia, riqueza en matices y profundidad. Se pueden percibir notas de frutos negros maduros como zarzamoras, grosellas negras y endrinas, junto con toques florales y balsámicos. Con el paso del tiempo, surgen aromas de crianza como especias (canela y pimienta negra), maderas nobles y sutiles notas de hojas de tabaco y té.

Al probarlo, se muestra sabroso, expresivo y elegante, con una amplia gama de sabores especiados sobre una base de uvas maduras. Su final es largo y generoso en matices en el retrogusto.