Val de Nairoa

Variedades:

Treixadura 80%
Albariño 10%
Loureira 5%
Lado 5%

Características:

Val de Nairoa es un vino blanco plurivarietal elaborado con las variedades de uvas Treixadura, Godello, Albariño y Loureira. Tiene una graduación alcohólica del 13.5% Vol y está elaborado por la Bodega Coto de Gomariz. Pertenece a la Denominación de Origen (DO Ribeiro).

Elaboración:

Los viñedos, de donde proceden las uvas responden a nombres evocadores como O Figueiral, A Fonte, Préstimo, Viña Grande, Lavandeira, A Cerrada y Lama de Barco, se extienden en parcelas dispuestas sobre bancales y laderas suaves en la pintoresca parroquia de Gomariz-Leiro, ubicada en Ourense. Estas tierras, que abarcan 33 hectáreas a lo largo del valle del Avia y 24 hectáreas en Gomariz, se caracterizan por su conducción en espaldera y una meticulosa poda doble, adoptando tanto el cordón Royat como el Guyot.

La viticultura adoptada es rigurosamente libre de tóxicos químicos, siguiendo las influyentes teorías de Fukuoka y R. Steinner. Los suelos, una amalgama de arenas graníticas, esquistos y arcilla, dotan a las uvas de una singular riqueza. El clima, atlántico en su naturaleza, aporta su impronta única a las cosechas.

La recolección, llevada a cabo con esmero, implica la selección de uvas en la propia finca y la vendimia manual, empleando cajas de 18 kilogramos para preservar la integridad de la fruta. El proceso de vinificación es igualmente minucioso, con mesas de selección separadas según la finca. Se realiza el prensado y la selección del mosto yema, seguido de un desfangado estático. La fermentación tiene lugar a baja temperatura, utilizando levaduras autóctonas y complementándose con levaduras comerciales para obtener el resultado deseado.

En cuanto al envejecimiento, el 20% del vino, originario de la Finca O Figueiral, reposa en barrica durante 10 meses, mientras que el resto se somete a un meticuloso proceso de coupage de fincas, culminando en un afinado en depósito que añade complejidad y armonía al conjunto.

Cata:

Se presenta con un resplandor amarillo verdoso brillante que captura la atención de quien lo contempla.

En la nariz, se detecta una vivacidad singular, con matices cítricos y un acento mineral que se entrelazan armoniosamente con los aromas de frutas del huerto. Esta composición sensorial se ve enriquecida por notas de especias dulces, jengibre y una presencia floral que añade complejidad y sofisticación.

Al probarlo, la experiencia es sedosa y envolvente, desplegando sabores picantes que recuerdan a la médula de naranja, acompañados de una generosa contribución de limón. Un sutil toque amargo de membrillo añade profundidad a la degustación. La boca se deleita con una redondez que invita a disfrutar cada matiz. El final, seco y equilibrado, deja una impresión duradera en el paladar, con una persistencia notable de matices pétreos que culminan la experiencia con fuerza y elegancia.