Valmiñor

Información sobre Valmiñor

Variedades:

Albariño 100%

Características:

Valmiñor es un vino blanco monovarietal elaborado con la variedad de uva Albariño. Tiene una graduación alcohólica del 13% Vol y está elaborado por la Adegas Valmiñor. Pertenece a la Denominación de Origen (DO Rías Baixas).

Elaboración:

Se establece un riguroso seguimiento y control de la calidad del vino Albariño, desde su inicio en el viñedo hasta el logro de su madurez plena. La cosecha se realiza de manera manual, utilizando cajas con capacidad para 20 kilogramos. Posteriormente, los racimos son sometidos a un proceso de selección meticuloso en una mesa especializada.

Para comenzar la elaboración, se realiza una maceración en frío a una temperatura de 10 ºC durante un lapso de 6 horas. A continuación, se procede a un prensado suave de las uvas. Para asegurar la claridad del mosto, se lleva a cabo un proceso de desfangado estático en depósitos de acero inoxidable. La fermentación alcohólica se realiza bajo estricto control de temperatura a 17 ºC durante un período de quince días.

Para lograr la máxima limpieza del vino, se emplea una filtración tangencial antes de su envasado, el cual se lleva a cabo en una atmósfera inerte. Antes de salir al mercado, el vino descansa en botella durante un mes, permitiendo que los sabores se integren y maduren adecuadamente para ofrecer una experiencia excepcional a los consumidores.

Cata:

Se presenta con un tono amarillo pálido, teñido de matices verdosos y reflejos que evocan la frescura del limón. Su brillo es resplandeciente, y su textura revela una lágrima envidiable.

En la nariz, la intensidad es notable, destacándose la presencia dominante de aromas primarios y genuinos, tales como los cítricos jugosos de mandarina y la vivacidad de la piel de naranja. Además, asoman matices frutales de pulpa suculenta, como el albaricoque y el melocotón, acompañados por una sutil pincelada de lima. Asimismo, se despliegan notas florales que desprenden una agradable fragancia a azahar y a delicadas flores blancas.

Al probarlo, se traduce en una frescura contagiosa y una sensación de alegría envolvente. La estructura del vino se presenta sólida y bien definida, mientras que la acidez se amalgama con maestría en el conjunto. Una característica untuosidad abraza el paladar, y la entrada es suave y placentera. El final se distingue por un toque amargo sutil, enriquecido por una prolongada resonancia frutal que se extiende en el tiempo.