Adega Ponte da Boga

Adega Ponte da Boga se sitúa en el corazón de la hermosa región de la Ribeira Sacra, en Galicia, un rincón vinícola que combina a la perfección historia y sofisticación. Esta bodega se encuentra en un lugar donde el río Sil se encuentra con el río Miño, creando un escenario natural impresionante. La región que es conocida como «Terra de Caldelas», dispone de variedades vitícolas autóctonas que ya utilizaron originariamente los romanos hace siglos, como la Merenzao, la Brancellao o la Sousón.

Su historia comienza con su fundación en 1898 por la familia de Pascasio Fernández, la Adega Ponte da Boga es la bodega más antigua de la Ribeira Sacra, ubicada cerca de Castro Caldelas, a orillas del río Edo, un afluente del Sil en esta región. Desde su inicio, la familia tenía el sueño de elaborar y comercializar su propio vino con uvas cultivadas en sus viñedos.

En 2006, la familia Rivera, apasionada por la Ribeira Sacra y en un gesto de profundo amor por su tierra, adquiere la Adega Ponte da Boga. Este nuevo capítulo representa un compromiso por preservar y resaltar un viñedo verdaderamente único en el mundo.

En los viñedos, ubicados en empinadas laderas trabajadas a mano, se lleva a cabo una viticultura valiente y desafiante. La vendimia se convierte en un acto que muestra la dureza del trabajo de los viticultores, quienes cargan las uvas por las escarpadas colinas alrededor de los cañones del río Sil. Este proceso de elaboración del vino se conoce como viticultura heroica. Es un testimonio de la determinación y la pasión de quienes trabajan incansablemente en estas condiciones extremas para producir vinos excepcionales.

La bodega se aprovecha de los terrenos de diferentes características de los que dispone para elaborar un amplio surtido de vinos. En el caso de las uvas tintas disponen de vinos elaborados con Mencía, Merenzao, Sousón y Brancellao. En las variedades de blanco destacan Godello, Albariño y Blanco Lexítimo.

Visitar la Adega Ponte da Boga es una experiencia que te transportará a través del tiempo y el sabor, donde la tradición se une a la elegancia en cada botella. Sus vinos, llenos de carácter y personalidad, capturan la esencia de la región y son un testimonio del aprecio de la bodega por la historia y la artesanía en la viticultura. Una visita a Ponte da Boga es un viaje a través de los sentidos y una oportunidad para celebrar la belleza del vino gallego.